Hoy te quiero contar algo que me sirvió mucho ante el tribunal.
Ayer estuve viendo una entrevista de Manuel Alejandro. Si no lo conoces, es uno de los grandes compositores de nuestro país.
Para más señas, andaluz, de Jerez de la Frontera.
A lo largo de su vida, ha compuesto temas para Raphael, Isabel Pantoja, Julio Iglesias, Plácido Domingo…La lista es interminable.
Pues bien, a lo que interesa.
Cuando le preguntaba el entrevistador por ello, el decía que, a la hora de escribir, dedica mucho tiempo a pensar quien va a interpretar esa canción.
Piensa qué palabras utilizaría esa persona, cuales no, cómo expresaría sus ideas y sentimientos.
En definitiva, sale de su cabeza y se mete en la cabeza del otro. En este caso, del intérprete.
Cuando nos dirigimos al tribunal estamos muy preocupados por nuestra programación, por las actividades qué planteamos, por nuestro discurso etc. Lo practicamos una y otra vez. Y hay que hacerlo.
Pero debemos salir de nuestra cabeza y meternos en la cabeza del tribunal. Debemos plantearnos qué hacen allí, que están escuchando una y otra vez, qué buscan, qué quieren ver.
Si hacemos esto y lo hacemos bien, nuestras posibilidades de diferenciarnos del resto de opositores aumentan exponencialmente. Y por tanto, nuestras posibilidades de éxito también.
La mayoría de los opositores están preocupados por lo suyo. A mí me pasó muchas veces.
Hasta que entendí que lo que yo hago no le importaba a nadie.
Y menos al tribunal.
Sal de tu cabeza, métete en la cabeza del tribunal, dale lo que quiere y tendrás el éxito asegurado.
He sido tribunal y sé lo que busca un tribunal.
Si quieres que te ayude a diferenciarte, es aquí.
